El pasado día 13 de enero se cumplía un año desde que José Sala Rodríguez, auténtico referente de la automoción alicantina, nos dejase. Su obra, su trayectoria, su vida en suma es ejemplo, compendio de valores empresariales y virtudes personales para todos los que conformamos la amplia familia de la automoción alicantina. Hoy más que nunca queremos rendir nuestro homenaje y reconocimiento público a José Sala Rodríguez y reivindicar en su persona la figura de aquellos empresarios que como él, fueron pioneros en su actividad, que con esfuerzo, dedicación, honestidad, empuje y convicción supieron crecer profesionalmente como individuos e hicieron crecer a todos los que estaban a su alrededor y que lograron con auténtico compromiso crear de la nada lo que hoy es realidad : el Grupo Sala, un grupo de automoción de primer orden en nuestra provincia al servicio de los alicantinos.
En José Sala encontramos al líder, al maestro, al trabajador infatigable, al visionario, a la persona que por encima de todo inspiraba confianza en todo aquel que le conocía y que con el se relacionaba. Este hombre profundamente familiar que hizo de la coherencia, de la humildad y de la transparencia regla de vida fue también forjador de excelentes profesionales de la automoción durante muchas generaciones, quienes después de pasar por su taller formaron sus propias empresas dando lugar a un tejido empresarial especializado y competente en el sector de la automoción alicantina, del que Sala Rodríguez siempre fue uno de sus máximos exponentes. La formación y la transmisión del conocimiento y de la experiencia fueron para él una preocupación constante, lo que en el Grupo Sala continúa siendo una de sus señas de identidad. José Sala fue un firme convencido a la hora de impulsar el asociacionismo empresarial desde sus albores y es mucho lo que aportó a la solidaridad empresarial, a la defensa de los intereses y promoción del sector a través de su participación en FEMPA y en ATAYAPA. |
Pura iniciativa, empezó pronto en el sector, primero como empleado a fines de los cincuenta en Vañó Sánchez y Compañía, compatibilizando su trabajo con sus estudios de peritaje industrial. Luego, en 1962 arriesgándose como empresario abriendo su propio taller libre con único empleado ( hoy le habrían llamado emprendedor). Más adelante en 1965 con un rápido crecimiento merced a su preparación y capacidad, en plena coyuntura económica del Desarrollismo, ya emplea a 20 trabajadores. El posterior cambio de ubicación responde al tamaño empresarial que va adquiriendo, y esto lleva a José Sala a abrir nuevo taller y a conseguir en 1970 la condición de agencia de la marca SEAT. Tan sólo un año después logra la concesión oficial e inaugura, con 40 trabajadores, las instalaciones de Automóviles Sala Rodríguez en la Avda. de Denia, actual emplazamiento. Al hito que supuso adquirir 10.000 metros, ocupados por Sala Hermanos y separar por política de la marca las redes de SEAT de las de VOLKSWAGEN-AUDI, le siguieron nuevas decisiones de envergadura como la gran aventura de Sala Hermanos Import, construyendo en 1997 el centro AUDI, primer hangar y premio de arquitectura. El Grupo Sala llega a alcanzar los 250 empleados. Éxitos todos ellos celebrados en familia, porque por encima de todo el Grupo Sala es y siempre ha sido una empresa familiar, con la importancia y trascendencia que ello conlleva en el tejido empresarial de nuestra tierra. Hombre de equipo, supo ilusionarse e ilusionar a los que estaban con él y hacerles partícipes de su proyecto, y lo más importante, comprometerse. Nos lo contó todo su querido e inseparable amigo, socio y hermano, Daniel Sala Rodríguez, que se declara admirador de José Sala Rodríguez. Nosotros también. Por: Luis Rodriguez González, Secretario General de FEMPA
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