La Federación de Empresas del Metal de la provincia de Alicante rechaza las acusaciones de los sindicatos de pretender incumplir el convenio y advierte de que las circunstancias actuales hacen necesario una flexibilización en la adaptación de las tablas salariales para 2011, por la propia supervivencia de las pymes y del sector, suavizando el duro golpe que supondría para las empresas del sector aplicar subidas salariales del 5,8%, con atrasos.
Al igual que en Valencia y Castellón los sindicatos se han adaptado a las circunstancias actuales, incluso con reducciones salariales sobre lo previsto inicialmente en ambos convenios, en Alicante la patronal FEMPA ve necesaria más que nunca una flexibilidad que permita facilitar el cumplimiento. No entendemos por qué precisamente en Alicante los Sindicatos han dado por rotas las negociaciones, negándose a mantener un diálogo abierto.
El único objetivo que tiene FEMPA es que las empresas de nuestro sector no vean agravada su situación a consecuencia de unos incrementos salariales absolutamente desproporcionados que rompen drásticamente la situación de equilibrio interno de las contraprestaciones del convenio, en el momento en que éste fue firmado.
Los Sindicatos dicen que exageramos en nuestras argumentaciones, pero no hacemos otra cosa que describir la realidad. Exageradas son las cifras del paro y la crisis por la que atraviesan nuestras empresas. Una crisis que ahora, un año después de la firma del convenio es mucho más preocupante. Creemos que los sindicatos del metal en nuestra provincia no conectan con la realidad y prefieren dar la espalda a todo lo que está pasando.
En el Convenio del Comercio del Metal, se llegó a una solución flexible y consensuada entre sindicatos y patronal hace tan solo unos días, firmando las tablas salariales 2011, otorgando un importante margen a las empresas para su cumplimiento. Lo que demuestra que esto es perfectamente posible si tenemos en cuenta además que los incrementos salariales y atrasos eran mucho menores en este caso del convenio de comercio. Pero la interlocución en este convenio es directa, no como en el caso del convenio de la industria en que los representantes sindicales vienen desde Valencia a negociarlo, sin tener en cuenta las particularidades de nuestro sector provincial de Alicante, y sin mostrar sensibilidad o conocimiento alguno de nuestra realidad provincial.
Todavía es más extraña esta situación si atendemos a lo que los sindicatos UGT y CCOO a nivel nacional han suscrito recientemente con la patronal CEOE, el cuerdo bipartito sobre criterios básicos para la reforma de la negociación colectiva, en relación con el refuerzo de la flexibilidad interna de los convenios, la adaptación permanente de la negociación a las dificultades de coyuntura, con inmediatez en su aplicación. Ello al margen de la necesidad de abordar las reformas necesarias y pendientes para desvincular los incrementos salariales de la inflación o de condicionarlos al alcance de unos niveles determinados de productividad.
Por último, en nuestro caso los Sindicatos pretenden que las empresas del metal provincial acudan de forma masiva a la cláusula del descuelgue salarial, lo que empeoraría la situación propiciando un enfrentamiento directo en el seno de las empresas entre trabajadores y empresarios y lo que significaría confirmar el fracaso de la negociación colectiva para la flexibilización de posturas y adopción de acuerdos.