Fuente Ambientum
Los neumáticos contienen gases muy inflamables. Esta volatilidad resulta positiva desde la perspectiva del reciclaje, ya que permite su aprovechamiento en sustitución del carbón o la biomasa como fuente de energía o iniciador de procesos de fabricación de subproductos con valor añadido. El equipo del proyecto investiga métodos superiores de explotar este recurso extrayendo gases volátiles de síntesis o «sintegas», una mezcla compuesta principalmente por hidrógeno, monóxido y dióxido de carbono y metano.
Al frente del proyecto se encuentra la «Agencia nacional italiana de nuevas tecnologías, energía y desarrollo económico sostenible» (ENEA) con sede en Portici, a las afueras de Nápoles. Sabrina Portofina, investigadora de ENEA, informó de la necesidad de aprovechar distintos subproductos en el proceso de reciclado. «El carbono sólido se recupera tras el proceso de gasificación para que sirva de base para la obtención de tales subproductos», explicó.
«Por tanto, para aumentar el valor añadido de la gasificación decidimos incluir productos como el carburo de silicio, pues el carbono reacciona con el óxido de silicio a temperaturas elevadas para generar carburo de silicio», continuó. «El carburo de silicio resulta útil en la fabricación de materiales cerámicos y posee aplicaciones en la electrónica».
Financiado con 3,3 millones de euros a través de la Unión Europea, el consorcio aglutina socios industriales y comerciales (productores, empresas de reciclado, usuarios del polvo cerámico final y productores de carbón pirolítico).
Durante su primera fase, concluida dos años después de su puesta en marcha en 2011, el proyecto logró logros importantes. Además se ha iniciado la construcción de un prototipo de planta en las instalaciones de ENEA en Trisaia que será capaz de procesar treinta kilogramos de residuo de neumático a la hora. Este prototipo servirá para evaluar la sostenibilidad del método de reciclado de TyGRE y el balance energético del proceso al completo.