*Artículo publicado por FEMPA con el apoyo de la Diputación de Alicante
La correcta gestión de los residuos industriales, además de ser una obligación legal, es un factor fundamental a la hora de proteger el medio ambiente. Por ello, en esta presentación vamos a hablar de los principales aspectos a la hora de gestionar los residuos que se producen en el día a día de la organización.
Según la Ley 22/ 2011 de residuos y suelos contaminados, los residuos industriales son aquellos residuos resultantes de los procesos de fabricación, transformación, utilización, consumo, limpieza y mantenimiento generados por la actividad industrial.
Dentro del concepto de residuo podemos distinguir entre residuos no peligrosos y residuos peligrosos.
Dentro de los residuos no peligrosos, clasificaremos los residuos inertes, es decir, aquellos que no reaccionan en física ni químicamente y no dan lugar a contaminación. Y los residuos sólidos asimilables a urbanos, es decir, aquellos que entendemos que podrían generarse en casas, oficinas, comercios y servicios.
Por su parte, los residuos no peligrosos son aquellos que presentan una o varias características de las nombradas en el Anexo III de la 22/ 2011. Entre estas características incluimos la explosividad, inamovilidad, toxicidad y otras características que hacen que los productores de residuos peligrosos deban cumplir una serie de requisitos específicos.
Todos los residuos, tanto los peligrosos como los no peligrosos, se encuentran identificados a nivel europeo mediante el código LER. Este código clasifica los residuos en función de su origen y naturaleza. En ella, los residuos peligrosos pueden distinguirse mediante el uso de un asterisco.
Dentro del proceso de gestión de residuos se distinguen una serie de figuras básicas:
La persona que genera los residuos y que por lo tanto, por ley, se tienen que hacer cargo de ellos.
Persona física o jurídica que está en posesión de residuos en un momento determinado.
La persona o entidad que está autorizada por la Conselleria para realizar las operaciones de gestión de residuos.
No todos los gestores tienen la capacidad de gestionar todo tipo de residuos peligrosos, por ello FEMPA recomienda que antes de trabajar con un gestor de residuos nos aseguremos de que tiene la autorización correspondiente en vigor y que ,además, está autorizado para los residuos que necesitamos que retire.
En este sentido, debemos conocer también que es el número NIMA o número de identificación ambiental, que se asocia a los centros productores que pueden generar afecciones al medio ambiente y se indica en todos los documentos relativos a la gestión de residuos.
El NIMA tiene validez nacional y sirve como una manera de facilitar la labor de las administraciones públicas ambientales competentes y entidades privadas en relación con las tareas de vigilancia, control, seguimiento y comunicación.
Es importante tener en cuenta que el número NIMA no es sinónimo de que una entidad se encuentre registrado o autorizado por la Conselleria, ya que este número puede ser asignado por ésta por diferentes motivos, incluido el inicio de un expediente administrativo.
Como hemos comentado anteriormente, los residuos peligrosos presentan una serie de características de las cuales se derivan unos requisitos legales a cumplir por quienes las producen.
En primer lugar, previamente al inicio de la actividad, la entidad debe estar dada de alta como productora de residuos peligrosos en función de la cantidad de residuos que produzca, se distingue entre pequeños productores de residuos peligrosos y generan menos de diez mil kilogramos anuales de residuos y los productores de residuos peligrosos, que genera una cantidad superior.
La diferencia entre ambas categorías radica en las exigencias que deben cumplir, siendo las de estos últimos más estrictas: Ej. la realización de una memoria anual de residuos y un plan de minimización cada cuatro años
En los artículos 17 y 18, la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados establece las obligaciones de los productores:
En tal caso, los productores de residuos deberán sufragar los correspondientes costes derivados de la gestión por parte de un gestor autorizado.
Por último, los productores de residuos deben mantener un libro de registro de residuos peligrosos. La información se guardará a los tres años.
Para el caso de grandes productores, éstos deberán elaborar y presentar un estudio de minimización, comprometiéndose a reducir la producción de residuos peligrosos dentro de sus instalaciones.
Los productores de residuos no deberán mezcla ni diluir los residuos peligrosos con otras categorías de residuos ni con otros nocivos sustancias o materiales. Deberán mantener estos en condiciones adecuadas de seguridad e higiene.
Por último, deberán asegurarse de almacenar, envasar y etiquetar los residuos peligrosos con arreglo a las normas aplicables.
Independientemente de estas obligaciones, las Comunidades Autónomas pueden establecer requisitos complementarios de mayor exigencia en caso de que así consideran necesario.
Contacta con nosotros si estas interesado en nuestros servicios o necesitas más información y te responderemos lo antes posible.
Facilita los siguientes datos y recibirás en tu correo electrónico todos los detalles sobre este curso.