Fuente Cinco Dias
La reiterada petición del Banco Central Europeo (BCE) para que las economías europeas cumplan con la moderación salarial de sus trabajadores empieza a ser un mantra repetido casi a diario desde este organismo y desde el resto de responsables económicos comunitarios.
Sin embargo, no todos los países están cumpliendo esta recomendación. También en este punto existen diversas velocidades en el seno de la UE. Podría decirse que al menos la mitad de las economías comunitarias pone en cuestión esta moderación o la incumple directamente.
En términos generales, los costes laborales, cuyo componente principal son los salarios de los trabajadores, crecen en la UE un 3,6% (según el último dato disponible correspondiente al segundo trimestre del año) al tiempo que los precios avanzan un 3%. Esto significa que fundamentalmente las retribuciones estarían seis décimas por encima del IPC, quedando garantizada la ganancia de poder adquisitivo. Sin embargo, esta ganancia sería lo suficientemente ajustada como para cumplir claramente con lo que se entiende como moderación salarial.
Es más, en la zona euro, donde se registran los mismos datos, la productividad laboral avanza a un ritmo del 1,6%, según las cifras de la OCDE correspondientes a junio pasado, con lo que, en teoría, los aumentos salariales aún dejarían alrededor de un punto disponible para los beneficios y la reinversión.
Pero si se desciende al detalle se observa que en la mayoría de estas economías los salarios crecen más de un punto por encima de la inflación. El más claro ejemplo es Alemania, donde el coste laboral avanza un 4,8% y los precios suben un 2,9%. Así la ganancia de poder adquisitivo rozaría los dos puntos porcentuales. En Francia, este desfase en favor fundamentalmente de los salarios es de un punto; y en Noruega, Eslovenia, Eslovaquia, República Checa y Bulgaria supera los dos puntos.
Avances de productividad
Si bien conviene también recordar que todas estas economías pueden permitirse estos avances de sus costes laborales debido a sus incrementos de productividad laboral. En el caso alemán la productividad aumentaba a mediados de 2011 un 2,4%; y en Francia, un 1,4%, con lo que en ninguno de los dos casos las alzas retributivas por encima del IPC agotarían la productividad.
En un segundo grupo de países formado fundamentalmente por España e Italia, donde los precios crecen más que los costes laborales, pero el avance de estos analizados aisladamente (un 2,6% en el caso español y un 3% en el italiano) podrían considerarse altos para unas economías estancadas.
En el otro extremo están los países que sí cumplen con el mandato del BCE. Los casos más ejemplares son los de Bélgica, donde los costes laborales crecen cuatro décimas menos que los precios y su economía crece a un ritmo considerable, del 2,3%. Parecido son los casos de Holanda y Reino Unido. También lo cumplen Austria y Suecia, donde los costes laborales y la inflación crecen exactamente lo mismo y, al tiempo, sus economías crecen un 3,4% y un 4,4%. Irlanda es el único país donde el coste laboral cae con una economía en positivo.
Grecia y Portugal conforman un último grupo donde la moderación salarial se cumple a la fuerza, por la debacle de sus economías, con caídas del coste laboral del 3,7% y 0,8%, respectivamente.
La cifra
3,6% es lo que crecen los costes laborales en la UE y en la zona euro, seis décimas por encima de la inflación (3%), con una economía que crece al 1,6%.
Cuando el problema es la negociación
En España, la patronal y los sindicatos firman desde el año 2002 un acuerdo anual que garantiza, al mismo tiempo, la ganancia de poder adquisitivo y la moderación salarial. Desde entonces, este pacto es considerado como uno de los bienes más preciados de la economía española, pero la crisis también está desvirtuándolo.
El año pasado, los agentes sociales firmaron un acuerdo trianual que fijaba alzas salariales de hasta el 1% en 2010; de entre el 1% y el 2% en 2011; y entre el 1,5% y el 2,5% en 2012. Además, el mantenimiento del poder adquisitivo se revisará al final del periodo.
Desde marzo de 2010 la curva de precios y salarios se invirtió y estos últimos empezaron a perder poder adquisitivo, antes de la aplicación de las cláusulas de garantía (que ahora tienen solo la mitad de los trabajadores). En lo que va de año, el aumento salarial pactado para cinco millones de trabajadores es del 2,65% y la inflación, del 3,1%. Es más, en los convenios nuevos (que de momento solo afectan a medio millón de trabajadores) el alza salarial es del 1,6%.
Pero en estos momentos, la principal característica de la negociación colectiva no es solo la pérdida de poder adquisitivo sino la parálisis en la que se encuentra la negociación de los convenios, que está pendiente para casi cinco millones de asalariados.
Patronal y sindicatos ultiman estos días un acuerdo en el que se comprometerán este mes a desbloquear la negociación de los convenios pendientes que, según los sindicatos, están en esa situación por culpa de las empresas y las patronales. Es más, según estas mismas fuentes, la reticencia empresarial a reactivar los convenios es atribuible a su intención de esperar a que el PP gane las elecciones y haga una reforma laboral a su gusto.
A pesar de esto, fuentes de la negociación aseguran que los empresarios firmarán este compromiso y dejarán fuera su intención de renegociar el actual pacto salarial, tal y como amagaron.