En su último Informe de Coyuntura Económica y Laboral, correspondiente al mes de enero, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, CONFEMETAL, demanda de los poderes públicos mayores reformas estructurales que permitan reequilibrar la economía española.
Esas reformas permitirían superar los factores que han llevado a España a la actual situación que no es otra que la de una economía cuya base productiva es demasiado estrecha para soportar las cargas asumidas durante años que, finalmente, han actuado como inhibidores del crecimiento y del empleo. El proceso de reformas deberá abrir el camino a la competencia, a la reducción de los costes de producción y al fomento de la productividad en todos los ámbitos, públicos y privados.
Según CONFEMETAL, la economía española ha comenzado a resolver sus problemas, pero es absolutamente indispensable para recuperar la senda del crecimiento económico, entender que la clave está en la inversión empresarial, especialmente en I+D+i y formación, porque es en ese caldo de cultivo donde crece el empleo y, con él, el consumo.
Recuperar la confianza de los agentes económicos no es fácil, pero el camino ya se ha iniciado, y cada vez está más cercana la recuperación, quizás ahora afianzada sobre bases más sólidas que las que la han sustentado en otras ocasiones.
CONFEMETAL resalta en su Informe que después de dos años y medio de crisis –la segunda desde 2007- en la zona del euro y especialmente en los países periféricos, lo que empezó como una crisis de la deuda pública y privada se convirtió en una crisis bancaria primero y en una crisis macroeconómica de recesión y paro creciente, después.
Estas tres crisis superpuestas que se han potenciado en seis países (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, y Chipre) y que amenazan con hacerlo en otros (como Francia), se resumen en unas cuentas públicas desequilibradas, un persistente déficit por cuenta corriente, sociedades frenadas por el intervencionismo de las administraciones y, como consecuencia de todo ello, potenciales de crecimiento bajos.
El reajuste ya iniciado que está siendo especialmente profundo en España, est´ña permitiendo mejorar los saldos presupuestarios, reducir el déficit por cuenta corriente y la deuda privada, moderar los incrementos salariales, eliminar los empleos redundantes en el sector público e incrementar la calidad del capital de las entidades financieras dañadas.
El proceso está suponiendo, para los países en crisis, una devaluación interna generalizada en precios, salarios, beneficios y prestaciones sociales, lo que a la larga mejorará la eficiencia en la adjudicación de recursos domésticos y facilitará la reorientación de los factores productivos desde sectores como la administración pública o las prestaciones sociales, que no mejoran la competitividad del conjunto de la economía, a otros más comercializables internacionalmente y capaces de generar empleo productivo.
Esta reorientación está siendo especialmente profunda España y si bien está suponiendo esfuerzos, e incluso en muchos casos verdaderos sufrimientos, también es cierto que está permitiendo aumentar la productividad y mejorar la competitividad del conjunto de la economía del país, lo que sin duda es la única posibilidad de recuperar la senda del crecimiento económico y el bienestar social.