*Artículo publicado por FEMPA con el apoyo de la Diputación de Alicante
- El principal objetivo de FEMPA en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo no es otro que el de poner a disposición de las empresas de la provincia, las herramientas e iniciativas más adecuadas a sus necesidades y características, que les ayuden a mejorar su gestión preventiva.
El propósito de este vídeo, realizado por el FEMPA con la colaboración de la Diputación de Alicante, es exponer los riesgos ergonómicos presentes en tareas representativas del sector, así como proponer medidas para su prevención colaborando de esta manera en las laborares de información y promoción de las condiciones ergonómicas del trabajo en el sector.
¿Qué es la ergonomía?
La ergonomía se define como el campo de conocimientos que tiene como misión adaptar los productos, las tareas, las herramientas, las máquinas, los equipos de trabajo, los espacios y el entorno y organización del trabajo a las características, habilidades, capacidades y necesidades de los trabajadores.
El objetivo principal de la ergonomía es mejorar la eficiencia, seguridad y bienestar de los trabajadores mediante el diseño y la adaptación del puesto de trabajo.
¿ Cuáles son los principales problemas ergonómicos entre los instaladores?
En la actualidad, los accidentes por sobreesfuerzo físico siguen siendo la primera causa de accidente con baja. Este tipo de accidentes, se asocian a unas condiciones ergonómicas de trabajo inadecuadas como posturas forzadas, movimientos repetitivos de los miembros superiores (mano/muñeca) y brazos, manipulación manual de cargas, etc.
La falta de unas condiciones ergonómicas adecuadas en el trabajo puede ocasionar molestias y/o lesiones musculoesqueléticas a los trabajadores que afecten de forma temporal, o incluso permanente, a su salud y estado físico.
Los trastornos musculoesqueléticos son lesiones que afectan a los músculos, tendones, nervios, huesos, ligamentos, cartílagos, vasos sanguíneos o discos intervertebrales, causadas o agravadas por el tipo de trabajo que se desempeña y por la manera que se lleva a cabo.
Estas lesiones afectan principalmente a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores,
pero también pueden afectar, aunque con menor frecuencia, a los miembros inferiores.
En las primeras etapas del desarrollo de una lesión musculoesquelética, puede que los síntomas como hormigueo o parestesia (sensaciones anormales de cosquilleo, hormigueo, calor o frío), aparezcan horas después de finalizar la actividad laboral, por lo que en un principio no resulta obvio para las personas trabajadoras la asociación del síntoma con una tarea que ha realizado horas atrás. Normalmente se producen por una exposición prolongada en el tiempo a ciertas posturas y movimientos, aunque también pueden aparecer por un esfuerzo intenso. En un inicio, como se ha comentado, son en apariencia inofensiva, y suelen ignorarse hasta que el síntoma se hace crónico y el daño permanente.
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FACTORES DE RIESGO ERGONÓMICOS
Se denominan factores de riesgo a aquellas condiciones de trabajo que pueden aumentar la probabilidad de que se produzcan daños en la salud del trabajador.
En concreto los factores de riesgo de tipo ergonómico, que pueden causar fatiga, dolor o trastornos musculoesqueléticos son:
- Derivados de la carga física como pueden ser las posturas forzadas, movimientos repetitivos, manejo manual de cargas y fuerzas empleadas.
- Derivados del diseño del puesto de trabajo como puede ser la altura del plano de trabajo, los espacios reducidos, las herramientas utilizadas, etc.
- Derivados de las condiciones ambientales como puede ser entorno de trabajo fríos, el ruido, vibraciones, iluminación, etc.
Entre los instaladores la consecuencia más habitual de los problemas ergonómicos son los trastornos musculo esqueléticos, siendo los factores más significativos que provocan dichos trastornos los derivados de la carga física, como posturas forzadas que se adoptan en las tareas realizadas, fuerzas excesivas y la repetitividad del movimiento.
Factores de riesgo ergonómicos derivados de la carga física:
- Posturas forzadas en el trabajo
Las posturas extremas de la columna vertebral y de las articulaciones (por ejemplo, flexiones y giros) que se realizan en el trabajo son perjudiciales para la espalda, cuello, brazos y piernas, especialmente si se mantienen durante mucho tiempo o se realizan de manera repetitiva.
Las posturas forzadas pueden tener la consideración de postura mantenida (estática) o repetida (dinámica).
Algunos ejemplos de situaciones en las que pueden darse posturas forzadas son las siguientes:
- Flexión, extensión y /o torsión del cuello y/o del tronco, se producen en muchas ocasiones debido a las alturas de trabajo demasiado altas o bajas.
- Mantener los brazos elevados por encima del nivel de los hombros se suele asociar a alturas de alcance demasiado elevadas, o bien, a profundidades de acceso.
- Flexiones, extensiones y/o giros de la muñeca, que se suelen producir por el uso de herramientas manuales en posiciones inadecuadas.
- Trabajar a ras del suelo provoca flexión elevada de espalda y brazos. Las posturas en cuclillas o de rodillas son bastante dañinas.
La adopción de posturas forzadas es uno de los factores de riesgo ergonómico más destacado entre los instaladores, ya que en muchas ocasiones el espacio de trabajo es reducido y/o de difícil acceso o alcance, dificultando la posibilidad de mantener una postura adecuada.
RECOMENDACIONES GENERALES
- El trabajador debe orientarse de frente a la tarea evitando en la medida de lo posible los giros de cuello y tronco.
- Adaptar la altura del plano de trabajo para evitar las flexiones de cuello pronunciadas, las escaleras y las plataformas pueden ayudar a disminuir las extensiones de cuello.
- Proporcionar rodilleras o superficies acolchadas para aquellos trabajos en los que sea necesario trabajar cerca del suelo o en superficies duras.
- Colocar los materiales cerca de la zona de uso, evitando los almacenamientos que propicien alcances alejados de manera frecuente.
- Disponer de taburetes o escalones que permitan alternar entre la postura de pie y sentada cuando es necesario trabajar cerca del suelo.
- Utilizar cinturones porta-herramientas.
- Siempre que sea posible, preparar o premontar todos aquellos elementos que van instalarse posteriormente a una altura inadecuada, de manera que se trabaje sobre una mesa o tablero en una postura cómoda.
- Colocar los elementos de trabajo de manera que se eviten los alcances laterales y los giros de tronco o cuello. Cuando se tengan que alcanzar objetos situados en los laterales, se deben mover las piernas colocándose delante de ellos y evitando girar el tronco.
- Planificar un sistema de rotación de tareas y/o descansos que permita al trabajador relajar los grupos musculares que han estado en tensión durante la tarea.
- Realizar ejercicios de calentamiento y de estiramiento, y cuando se tenga que mantener durante un tiempo prolongado la postura de brazos por encima de la altura de los hombros, realizar estiramientos de los hombros, brazos y cuello.
- Manejo manual de cargas
Se entiende por manipulación manual de cargas cualquier operación de levantamiento (sin el uso por parte de los trabajadores de ayudas mecánicas), transporte, empuje o arrastre de objetos de forma manual.
Las actividades de manejo manual de cargas que pesen más de 3 kg, si éstas se realizan en condiciones inadecuadas (alejadas del cuerpo, con suelos inestables, etc.) pueden originar molestias y lesiones en la espalda, especialmente en los segmentos lumbares de la columna vertebral y en sus músculos y ligamentos asociados.
Este tipo de lesiones son dolorosas, reducen la movilidad, producen gran número de bajas laborales y están entre las primeras causas de discapacidad temprana.
RECOMENDACIONES GENERALES
- Se debe reducir al máximo posible la manipulación manual de cargas, recurrir siempre que sea factible al empleo de medios mecánicos (transpaletas manuales, carretillas elevadoras, etc.) para manipular los materiales y elementos más pesados.
- Evaluar el peso de la carga antes de levantarla (por ejemplo, moviéndola ligeramente).
- Planificar el levantamiento y revisar el recorrido, asegurarse de que este se encuentre libre de obstáculos.
- Pedir ayuda a un compañero si el levantamiento de la carga resulta difícil (cargas muy voluminosas), o el peso es muy elevado. Manipular las cargas entre dos o más personas de forma coordinada cuando no exista posibilidad de utilizar medios mecánicos.
- Realizar el aprovisionamiento de materiales lo más cercanamente posible a la zona donde van a ser usados, evitar desplazamientos innecesarios.
- Es importante recordar que, que cuanto mayor sea la separación de la carga a manipular con respecto al cuerpo, mayor es el esfuerzo a realizar y por tanto el riesgo de lesión. Manipular la carga lo más cerca posible del cuerpo.
- Usar una técnica de levantamiento y transporte adecuada:
- Separar los pies para proporcionar una postura estable.
- Doblar las piernas manteniendo en todo momento la espalda recta.
- Sujetar firmemente la carga empleando ambas manos y pegarla al cuerpo.
- Levantarse suavemente, por extensión de las piernas, manteniendo la espalda derecha
- Aplicación de fuerzas intensas
La realización de niveles excesivos de esfuerzos que pueden dar lugar a una sobrecarga, es un factor de riesgo importante sobre todo si se realiza de manera sostenida o repetida.
La aplicación de fuerzas intensas aumenta el ritmo cardíaco y la respiración, disminuye la circulación sanguínea y hace que se presente más rápidamente la fatiga muscular; pudiendo ocasionar lesiones tanto acumulativas (fuerzas repetidas y mantenidas) como traumáticas (desgarros musculares ocasionados por fuerzas intensas e impulsivas).
RECOMENDACIONES GENERALES
- Utilizar siempre que sea posible ayudas mecánicas, como carros, o pedir ayuda a otras personas para realizar trabajos que supongan un pico de fuerza elevado.
- Sustituir las herramientas manuales por herramientas eléctricas siempre que sea posible, por ejemplo, utilizando un atornillador eléctrico en vez de manual.
- No realizar fuerza con la mano, seguro que existe alguna herramienta que facilite la tarea.
- Intentar alternar tareas de esfuerzo con trabajos más ligeros y con descansos.
- Utilizar herramientas con mangos largos, ya que esto permite obtener una ventaja mecánica reduciéndose las fuerzas necesarias.
- Utilizar grupos musculares suficientemente fuertes para realizar el esfuerzo requerido, por ejemplo, al utilizar una llave inglesa o un martillo, sujetarla y realizar la fuerza con toda la mano en lugar de solamente con los dedos.
- Evitar las posturas forzadas, como la inclinación de tronco o la elevación de los brazos cuando se estén realizando esfuerzos.
- Evitar realizar tareas que requieran aplicar fuerzas en posición sentada, agachada o en cuclillas, y cuando se apoye el peso del cuerpo para ejercer una fuerza, evitar que se generen puntos elevados de presión en zonas sensibles del cuerpo.
- Si se deben aplicar o realizar fuerzas, se debe recordar que la altura ideal es entre la altura de los nudillos y la de los codos.
- Realizar regularmente ejercicio físico de intensidad moderada durante el tiempo de ocio.
- Repetitividad
Las tareas repetitivas son aquellas en las que se realizan operaciones de corta duración que se repiten de manera similar durante un período de tiempo prolongado, dando lugar a una elevada demanda, normalmente de brazos y manos, aunque también de tronco.
El riesgo viene dado por el mantenimiento de posturas forzadas de muñeca o de hombros; la aplicación de una fuerza manual excesiva; ciclos de trabajo muy repetidos que dan lugar a movimientos rápidos de pequeños grupos musculares y tiempos de descanso insuficientes.
La mayoría de tareas que se ejecutan entre los instaladores tienen una elevada repetitividad. Una tarea muy repetitiva, si se realiza en combinación con posturas forzadas, tiene un riesgo de lesión muy elevado. Es conveniente disminuir todo lo posible el tiempo que un trabajador dedica a efectuar una tarea sumamente repetitiva.
RECOMENDACIONES GENERALES
- Automatizar aquellas tareas o procesos que supongan un mayor riesgo la salud del trabajador por su elevada repetitividad y aporten poco valor.
- Planificar un programa de rotación de tareas que permita minimizar los tiempos en los que el trabajador debe realizar movimientos repetitivos o alternar, al menos, los grupos musculares que intervienen en dichos movimientos.
- Priorizar el uso de máquinas-herramientas eléctricas en lugar de herramientas manuales en aquellas operaciones en las que sea posible.
- Escoger herramientas con un diseño ergonómico que favorezcan una postura lo más neutra posible de la muñeca y el brazo, evitando la adopción de posturas forzadas.
- Durante las pausas realizar ejercicios de estiramiento y relajación muscular para reducir la tensión.